Daniel Mordzinski: 27 años de trabajo a la basura


Daniel Mordzinski
Lo que le acaba de ocurrir a Daniel Mordzinski es un crimen al patrominio artístico y literario de la literatura contemporánea, en especial la latinoamericana. Una persona sin criterio destruyó el archivo fotográfioco que Mordzinski guardaba en un piso de Le Monde y que contenía 27 años de fotografías, la mayoría de ella extraordinarias, realizadas además a escritores importantísimos, en momentos claves de su carrera. Mordzinski declara: “Solo se han salvado las cientos de fotos que alguna vez digitalicé para libros o exposiciones, el resto desapareció para siempre.” Angustia, indignación, frustración, tristeza infinita, es difícil decir lo que uno quiere ante este crimen cultural realizado simplemente por la ignorancia. 
Luis Sepúlveda, por su parte, está haciendo circular un comentario a través del Facebook:


Amigas y amigos: Este es una petición que hago desde la ira, desde la bronca y el dolor, porque a uno de mis más queridos amigos, a mi hermano del alma Daniel Mordzinski, el gran fotógrafo de la literatura, le han hecho desaparecer veintisiete años de trabajo, ¡27 años! , el trabajo de toda una vida botado a la basura, y no es una metáfora, no: las manos de un cretino que seguían los órdenes de otros cretinos decidieron que el trabajo de Daniel Mordzisnky no merecía más destino que el desprecio y la basura.
Durante más de diez años y en virtud de una alianza entre el periódico español EL PAIS y el francés LE MONDE, Daniel Mordzinsky utilizaba un despacho en el séptimo piso de la redacción parisina de LE MONDE para guardar y conservar su archivo de negativos y diapositivas. Eran miles de negativos y diapositivas, de originales conservados con el rigor que caracteriza a Daniel, y que sin más, sin ninguna contemplación fueron arrojados a la basura.
El pasado 7 de marzo, Miguel Mora, corresponsal de EL PAIS en Francia, llegó hasta el despacho de la séptima planta y se encontró con que lo habían vaciado totalmente, sin que mediara un aviso ni a él ni a Daniel. Simplemente habían sacado todo lo que ahí había y lo habían hecho desaparecer.
Tras horas de dramática búsqueda, de preguntas sin más respuestas que el cobarde bajar la cabeza y musitar “je suis desolé”, en un sótano encontraron el gran mueble archivador que el mismo Daniel había pintado de negro hace diez años, totalmente vacío.
En una demostración de cobardía y bajeza moral que manda al infierno toda la tradición de defensor de la libertad de expresión que caracterizó a LE MONDE, nadie ha querido responder quién y por qué se tomó la decisión de botar a la basura 27 años de trabajo de uno de los mayores fotógrafos del mundo.
Cuesta creer que en un periódico como LE MONDE trabaje gente a la que las palabras “Cortázar”, “Israel”, “Escritores latinoamericanos”, Escritores franceses”, “Escritores españoles”, “Escritores Portugueses”, “Semana Negra”, ” Festival de Saint Malo”, “Carreffour de Littèratures”, “Mercedes Sosa”, “Borges”, “Astor Piazzola” y un largo etcétara de nombres no le dijeran absolutamente nada, y simplemente tiraran a la basura ese tesoro fotográfico sin consultar a nadie.
Ese archivo de Daniel Mordzinski, esos 27 años de trabajo miserablemente perdidos, eran parte de la memoria social, cultural y literaria del siglo XX, eran parte de la cultura universal, eran parte del legado de un artista, de un fotógrafo cuya obra es reconocida como uno de los aportes fundamentales para el gran registro de la cultura contemporánea.
De toda la obra fotográfica de Daniel Mordzinsky, de mi amigo, de mi hermano compañero de aventuras en tantas partes del mundo, apenas se han salvado unos cientos de fotografías digitalizadas, que aparecen en sus últimos libros publicados, también en uno que firmamos juntos, “Últimas Noticias del Sur”, y que han sido vistas en las numerosas exposiciones que ha hecho en los últimos años. El resto desapareció, tragado por la ignorancia, la desidia y, lo que es más grave, por una demostración más de la falta de rigor, de ética, que está haciendo del periodismo una cloaca.
Escribo esto desde el dolor, desde la ira y la bronca, porque Daniel Mordzinski, es mi socio, mi amigo, mi compañero, mi hermano de aventuras dignas en el campo del periodismo y la literatura.
Amigas, amigos, les pido encarecidamente que copien y reproducan esto en todos los lugares posibles, también en la página que LE MONDE tiene en facebook, en los periódicos y revistas a los que tengan acceso, y que manden firmas de apoyo admordzinski@free.fr
Tengo una imagen fija en la memoria, y es del año 1996, cuando en medio del viento eterno de La Patagonia, yo veía a mi socio, a mi amigo, a mi compañero, a mi hermano del alma, cargar sus cámaras metiendo sus manos en una bolsa negra, para tomar del tambor de película el material con que dejaría testimonio de la vida dura de las gentes del Sur del Mundo. Y esa imagen me dice que esto no quedará así, que LE MONDE tendrá que dar una respuesta y disculpa convincentes, porque 27 años de trabajo, porque el archivo de una parte importante de la historia contemporánea no puede ser arrojado, sin más, a la basura.



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