Maggie O'Farrell, Hamnet

En la escena final, en la última página, una descompuesta Agnes extiende los brazos hacia el escenario donde "el marido", su marido, la mira a su vez y cierra la función con una última palabra: "Recuérdame".

El hijo muerto, la distancia, el silencio, el sufrimiento. Todo queda sepultado, casi reconciliado, en un epílogo grandioso que parece remansar lo inconsolable. Y el milagro: la literatura se agranda hasta caber en el traje de la propia vida.

No sé si Maggie O'Farrell ha querido hacer un tipo de hagiografía del bardo por excelencia, o si es que lo que nos llegó de él no eran más que apuntes incompletos y tendenciosos (el bardo no podía aventajar tanto en lo humano a nuestros áureos).

Rinde con su Hamnet la autora irlandesa (qué fértil tierra para las letras) un brillante homenaje al teatro, ese espacio físico pero también emocional donde la vida real encuentra su trasunto, su sustento, su redención. Shakespeare estaría conforme, creo.

 


 

Comentarios

Entradas populares