
"Esa sonrisa entrañaba una impudicia patética que resultaba tan
extraña e impropia en su rostro como una mirada de piedad en la cara de un funcionario corrupto o un libro de contabilidad en manos de un poeta. Se estremeció. Ella abrió sus deliciosos labios y dijo algo, pero lo que dijo era tan estúpido, tan vulgar... como si la pérdida de la inocencia conllevara asimismo la pérdida de la inteligencia."
Nikolai Gogol: "La avenida Nevski", de
Historias de San Petersburgo. Alianza.
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