Juntos, Jane Chapman


 
El hombre es un gorila para el hombre. La inversión rousseauniana que sirve de espejismo tranquilizador. De fe, de Ilustración. Pero ‘juntos’ también suena a amenaza. A doble check de Whatsapp, a interacción forzada y estomagante como esas conversaciones de ascensor o esos turnos de coches llenos de chismes y funcionariado. Tenemos el reverso: Cándido en su jardín, Zaratustra en la montaña. Siempre naturaleza mediante. Igual ese es el vínculo. El medio no era el mensaje, McLuhan. Lo otro, el proceso de devenir otredad estará en el medio... Regresar al animal, al mono, volver al árbol, ¿no será otra finta del diablo (del hombre disfrazado de ecología, ofreciéndonos esa chuchería moral) en nuestras narices? Porque la tribu la hemos pervertido y la relación la hemos hipertrofiado. Vivir es una malformación o un muñón. Uno no puede dejar de ser, como no puede dejar de sospechar, de pagar tributo a la sombra del genio maligno. Menos él, menos ese que fuimos y que jamás seremos y que nosotros mismos sepultamos con cal viva, civilización, urbe y deseo. Cuando el niño era niño… Kant secuestrando a Handke y metiéndolo en el maletero. Los que aún creen en sí mismos de una manera limpia y animal, ellos son los que todavía habitan la unidad. Dejémoslos en paz. Y juntos.

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