Conversación sobre «Añoranza», de Eduardo Mitre

Fuente: Pre-textos.

A: [...] Lo interesante del poema, lo emocionante, no es la definición por vía racional del recuerdo sino la recreación por vía intuitiva. No es hablar del recuerdo, sino abrir el espacio del recuerdo y habitarlo, reconocerlo, palparlo, ser uno mismo recuerdo. Habría que añadir la peculiaridad de estar semiconstruido, la prótasis sin apódosis, como corresponde a esa entidad líquida del deseo, significante buscando siempre un significante en que posarse, como el amor buscando cuerpos en que desear y recordar. Por último, habría que mencionar la reflexión sobre la incapacidad del poema, del arte, para recrear la vida, y la aspiración suicida a hacerlo, como una conformidad bonita, un hilo conductor a través del tiempo: he ahí la palabra.

B: El recuerdo de lo que no se dijo, de lo que no se supo o pudo decir; el silencio que no se puede llenar de palabras porque pertenece al territorio inaccesible del pasado, bajo el dominio de una condición que ya es inamovible... A mí me sigue trasmitiendo el poso de impotencia que deja la falta de comunicación cuando ya no hay remedio. Algo así como el «por qué callé aquel día».

A: Entonces la poesía tendría como aspiración completar el pasado, reavivarlo o prolongarlo en el reino de lo irreal. La poesía es también testimonio de ese pasado, lo cual equivale a decir que sin pasado no hay poesía o que necesita algún tipo de incertidumbre. Y esto equivale a una huida permanente del presente. La poesía, por tanto, es lo que huye. O el pasadizo por el que huimos. Nosotros huimos de nosotros en otros y necesitamos decirlo para darle corporeidad a esa ilusión. También es un trueque. Aquí dice: si pudiera cambiaría el presente por el pasado. Volvemos a la condicional. El si conjunción es entonces la base de la poesía. La poesía es una conjunción.

AÑORANZA

Si el recuerdo fuera una ciudad
y no una estatua
y la ausencia una carta
y no una espalda
y esta noche aquella mañana
y Amsterdam Cochabamba
y este cuarto aquella calle
y esta sombra aquellos árboles
y este nombre aquella cara
y esta lámpara aquella mirada
y aquella boca esta página
y aquel silencio estas palabras.