Librería Juan de Mairena y la resistencia

Hace unos años viví en Lucena. Llegué allí para trabajar y, durante aquellos dos años entre la especial idiosincrasia lucentina, tuve ocasión de conocer la "resistencia", en palabras de Pipo, el librero José Trapiello. 

Lucena es un municipio con unas señas de identidad consolidadas y asumidas, que vive su propia tradición en torno a distintos motivos festivo-religiosos, deportivos y culturales. Un municipio orgulloso de sí mismo –su particular acento se estudia en la carrera de Filología hispánica– y al mismo tiempo acogedor; un municipio que ofrece atractivos turísticos e interés histórico, con un gran espíritu emprendedor y que, sobre todo, ha construido una identidad colectiva con vínculos basados en una especie de familiaridad o fraternidad aparente. 

Hoy,  casi cuatro años después de aquello, casi sin querer, he dado con la nueva librería Juan de Mairena abierta recientemente en Granada como la hermana menor de su homónima y precursora en Lucena. Digo hermana menor aunque, como es costumbre, ya aventaja en altura y cuerpo a la mayor. Ahí ha sido cuando Pipo, al preguntarle sobre la vida lucentina, ha hecho referencia a esa "resistencia" integrada por presencias ilustres como Carmen Anisa, Arcángel Bédmar o el mismo Pipo. Durante mi estancia allí, para qué negarlo, estuve del lado de la resistencia. Acudía varias veces en semana a-que-Pipo y, guiado por el consejo de Carmen, me dirigía directamente a la sección de pedidos. Allí encontraba dentro de una goma elástica los libros que unos días antes yo había dictado de mi móvil y Pipo había apuntado en su ordenador. Así conseguí, por ejemplo, Vivir es una obra maestra, libro de Jorge Eduardo Eielson publicado en Ave del paraíso. 

Contaré dos anécdotas de mis estancias en la librería de Lucena. La primera, más de sociedad, fue el encuentro con el poeta Jesús Aguado, ante el que, entre libros de texto y material escolar, fui presentado como poeta. Yo lo desmentí o corregí a Pipo añadiendo que más bien era profesor, a lo que Jesús Aguado concluyó diciéndome: "no te rebajes". La segunda, más de sucesos, ocurrió en una de mis visitas sin propósito, mirando títulos en las estanterías, cuando algo se me atascó en alguna parte inapropiada de la garganta haciéndome toser como un loco y casi cortándome la respiración. Duró unos cinco largos minutos, en los que agradecí que no hubiera nadie más que la dependienta de quien me despedí por señas, incapaz de articular palabra hasta media hora después. 

Pasé aquellos dos años con más comodidades que penurias y mucha más gratitud que indiferencia. Fui correspondido por aquel entorno que se me presentó como un azar mal buscado. Fui feliz en Lucena. Y sin embargo, en cuanto pude, me fui. La razón que esgrimí: apego a mi tierra de origen. Hoy, en esta librería lucentina fuera de Lucena, con un Pipo volviéndome a saludar con un ¡poeta! al entrar, he comprendido que quizás la razón fuera otra: yo estaba en la resistencia pero tenía miedo a no resistir. 

Pipo me ha contado que abrir una librería en una zona a las afueras de la ciudad es una apuesta. Que pretenden especializarse en literatura infantil y juvenil así como ofrecerse como un espacio activo de intercambio cultural en la ciudad. Que sigue con sus ferias del libro por toda Andalucía. Que vive de viaje entre Lucena y Granada, "esquizofrénico". Me ha devuelto cuatro años atrás. Mis viajes a Lucena, a Granada, las visitas a la librería, las expectativas, el trabajo, la soledad, los amigos, lo que resiste con los años. Pues eso, suerte y a resistir.

Perfil de la librería Juan de Mairena de Granada en Facebook
Página web de la librería


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